| SONETO LVII, W. |
Siendo vuestro esclavo, ¿qué puedo hacer Sino esperar la hora e instante de vuestro deseo? No tengo tiempo precioso que emplear, ni deberes que cumplir, hasta que me aviséis. Ni me atrevo a impacientarme contra la eternidad de las horas, Soberano mío, mientras contemplo el reloj aguardándoos; Ni pienso en la amargura cruel de la ausencia, Cuando habéis dicho dicho adiós una vez a vuestro servidor. Ni oso interrogar a mis pensamientos celosos Dónde podéis hallaros o dónde os llaman vuestros asuntos; Sino que, a manera de un triste esclavo, espero y no pienso en nada, A no ser en cómo hacéis felices a aquellos a cuyo lado estáis. El amor es un loco tan leal, que en todo cuanto hagáis, Sea lo que fuere, no halla mal alguno.
William Shakespeare.
|